El 8 de marzo es una jornada de reflexión, movilización y protesta que reivindica la histórica lucha por la emancipación plena de las mujeres. Aún nos cuesta dimensionar el costo social que la pandemia tendrá para nuestro país. El aumento de la pobreza, del desempleo y la informalidad laboral, el cierre de pymes, el abandono escolar, son una realidad que impacta de lleno en la situación de las mujeres.

A las históricas brechas de acceso al mercado laboral, de sobrecarga de las tareas domésticas y de cuidado se le suma un contexto social en que las oportunidades de progreso disminuyeron para todos pero mucho más para nosotras, un contexto además en que la violencia de género no cesa.

En lo que va del 2021 una mujer por día fue víctima de femicidio. Más que nunca necesitamos un gran acuerdo federal, que involucre a los tres poderes del Estado con la inversión de recursos, el diseño de políticas públicas y sobre todo el compromiso político y social para erradicar este flagelo. Sueño con un 8M en que podamos hablar de autonomía económica y no tengamos que seguir llorando un femicidio por día.

Por Silvia Lospennato, diputada nacional por el PRO