Antes de la pandemia, Chile se había visto conmovida por la aparición de movomientos sociales que pusieron en jaque al sistema político, al punto que forzaron una reforma constitucional que en este momento esta en marcha.

El compromiso del gobierno para modificar la Carta Magna y la puesta en marcha efectiva del procedimiento para ello, calmó las aguas. Pero vino la pandemia y todo se volvió a complicar. Chile debió entrar en confinamientos periódicos y estrictos para cortar los contagios, las personas perdieron sus trabajos o tuvieron que cerrar sus comercios y la crisis volvió a estar a flor de piel.

Lo mas sorprendente es el "ejemplo mundial" que constituyó el país trasandino, en atención a su brillante plan de vacunación, que, en definitiva, no resultó, porque debió cerrar el país de todos modos por la multiplicación de contagios, el desborde del sistema sanitario y las muertes.

Ayer, con mascarillas obligatorias y permisos que les permiten circular bajo llave, más de 20 representantes de los sindicatos más importantes de Chile intentaron convencer a los carabineros para que les permitieran entregar una carta al presidente Sebastián Piñera.

Barbara Figueroa, presidenta de la CUT (Confederación Unitaria de Trabajadores) encabezó la delegación hasta el Palacio Presidencial de Moneda, donde le dijeron que solo a ella se le permitiría ingresar al edificio. “Vamos todos o ninguno”, dijo Figueroa.

“Todos representamos a nuestros sindicatos, incluidos los maestros, los trabajadores del metro, los supermercados Walmart, los maestros y el personal médico. Necesitamos que el presidente reciba nuestra petición ". Mientras hablaba, la policía de repente comenzó a arrestar a una docena de líderes sindicales y a meterlos en camionetas para llevarlos a la comisaría más cercana, acusados ​​de alterar el orden público en tiempos de pandemia.

Fue un mal augurio para un paro nacional convocado por la CUT, que representa casi el 9 por ciento de los trabajadores asalariados. A ellos se unieron 35.000 trabajadores del servicio público, incluidos los de la televisión estatal y CODELCO, la empresa minera más importante de Chile. Se viene otro caos.