El arzobispo de Buenos Aires, cardenal Mario Poli, instó este viernes al presidente Mauricio Macri a trabajar por la concordia, la paz y la justicia, y le pidió que la prioridad de su gobierno sea la atención de los pobres, de los que no tienen voz y de los que “se caen del sistema”.

El primer mandatario y su gabinete de ministros acudieron hoy a la catedral metropolitana para dar gracias a Dios por el inicio de su mandato, en la que se comprometió a trabajar por la concordia, la amistad social y a luchar contra “los flagelos que afligen a los más vulnerables y desprotegidos, a sus familias y a toda la comunidad”.

El purpurado recordó que en la convocatoria al Año Santo de la Misericordia, que comenzó el 8 de diciembre, el papa Francisco llamó a reflexionar sobre las obras de misericordia corporales y espirituales como “un modo de despertar nuestra conciencia aletargada sobre el drama de la pobreza”.

“Imitar a Dios misericordioso es inclinarse ante los pobres, mirarlos desde abajo y no desde arriba. Los que no tienen voz, los que se caen del sistema, los más pequeños”, advirtió delante del jefe de Estado.

El purpurado porteño citó una oda patriótica que Jorge Luis Borges escribió en los años sesenta, en la que el escritor aseveró: “Nadie es la Patria, pero la Patria somos todos”.

El cardenal Poli pidió a Dios que “atiende nuestros ruegos por la Patria, para que la sabiduría de los gobernantes y la honestidad de sus ciudadanos robustezcan la concordia y la justicia, y podamos vivir en la paz y el progreso constante”.

El presidente Macri leyó luego una invocación religiosa, junto a todos los presentes, en la que le pidió a Dios que él y su gabinete puedan ser “instrumento de concordia y de paz, para que practiquemos el diálogo y el respeto en el disenso y aceptemos la diversidad que incluye y enriquece”.

“Renueva nuestra esperanza y nuestra confianza para que podamos consolidar con fe una comprometida con la verdad y la justicia. Te pedimos sabiduría y fortaleza para que guíen y acompañen a los gobernantes en la lucha contra los flagelos que afligen a los más vulnerables y desprotegidos, a sus familias y a toda la comunidad”, agregó.

“Que las decisiones promuevan el bienestar general sobre los intereses individuales y sean fuente de orden social y crecimiento equitativo. Que seamos capaces de participar con alegría en la tarea de construir una Patria más inclusiva y solidaria, con igualdad de oportunidades y un futuro mejor para todos”, completó.

Tras la oración del primer mandatario, hicieron una invocación religiosa según sus creencias Monseñor Tarasius, arzobispo ortodoxo; el rabino Abraham Skorka, el sheij Abdelnaby El Hefnawy, el pastor anglicano Agustín Marza, y el pastor evangélico Jorge Gómez.

Macri y su gabinete recorrieron a pie el trayecto desde la Casa de Gobierno hasta la catedral, en cuya explanada fueron recibidos por el rector del templo, sacerdote Alejandro Russo, y saludado en la puerta por el cardenal Poli y el secretario general de la Conferencia Episcopal Argentina, monseñor Carlos Humberto Malfa.

El primer mandatario, junto a la vicepresidenta Gabriela Michetti y el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, tributaron en el mausoleo del templo un homenaje a General José de San Martín.