Si las necesidades de los argentinos se convirtieran en demandas reales, y esas demandas se materializaran en soluciones por vía de un sistema político hábil, la historia de nuestra sociedad sería bien diferente.

La corrupción aparece en primer lugar en nuestra clásica nube de palabras de “principal problema”. Siempre explicamos que tiende a aparecer como síntoma cuando una sociedad está fastidiada con el sistema político, y prepara cachetazos para darle. Cuando estamos enojados nos molesta la corrupción. Cuando estamos esperanzados y enamorados, no.

Le siguen la economía, la inflación y la pobreza. Resulta desesperante la situación frente a un gobierno que admite no tener un plan, y que busca todo el tiempo negar, maquillar y/o minimizar la situación.

La imagen de Alberto Fernández probablemente esté encontrando otra meseta, más baja que las anteriores, pero meseta al fin. Rondando los 27% de imagen positiva y los 60% de negativa. Igual síntoma para Cristina, aunque siempre con unos puntos más de negativa (65%).

Mauricio Macri más bajo que ambos, registrando 22% de positiva y circulando los 50% de negativa. Será interesante ver que sucederá los próximos tiempos con ese curioso 28% de imagen regular que también es estable.

Horacio Rodríguez Larreta cayó casi 5% de imagen positiva en los últimos quince días, y también 3% su negativa. Los puntos se han depositado en la categoría regular, que asciende a casi 32%.

Hacia las elecciones, el núcleo duro que desea que el Frente de Todos gane, se mantiene estable en 28%, aunque creemos que existe otra parte “escondida” en la categoría “me da lo mismo” que los acerca a 35%.

Se solidifica el 56% que quiere que el Frente de Todos pierda las elecciones, aunque veremos en qué medida se astilla por la oferta electoral.

EXPECTATIVAS OFICIALISTAS

Los argumentos del oficialismo, y del público que los acompaña, que sostienen la idea de que durante el trayecto de este año el gobierno puede fortalecerse, son básicamente dos: que avance la vacunación sin más tropiezos y que la economía empiece a repuntar.

Desde luego que convertimos ambos argumentos en preguntas, para analizar cuanta gente puede ser permeable a esas situaciones.

Del cruce de ambas, podemos discriminar públicos y caracterizaciones interesantes, ordenados por cercanía al gobierno:

EL FANATICO: 6% indica que va a votar por el Frente de Todos sin importar la situación económica ni de vacunación.

EL K MODERADO: 27% indica propensión fuerte a votar al Frente de Todos si se cumple la mejora de uno o ambos indicadores.

EL ESPECULADOR: 10% se muestra en la categoría “quizás podría votarlo” en ambos temas.

EL DETRACTOR: 57% indica que nunca votaría al Frente de Todos, sin importar cuán bien salgan las cosas.

Entonces el FdT arranca a sumar porotos desde sus FANATICOS (6% nacional) para las elecciones, aunque el barco se esté hundiendo. A mi criterio, a eso debemos sumarle a los K MODERADOS (27%) por una razón muy simple, que bien explican los economistas: este año la economía va a rebotar y crecer.

De modo tal que el argumento desde el cual justificar la decisión maquilladamente racional de votar al FdT está construida. Suman hasta ahí 33%.

En la otra esquina del ring el 57% es DETRACTOR, y nada de lo que haga bien el gobierno va a ser reconocido.

El finito sendero del medio de ESPECULADORES mide 10% y es el territorio de verdadera disputa. Supongamos que al gobierno todo le saliera maravillosamente bien como para convencer a todos estos insensibles corazones de hielo: aún así, sumando 43% estarían por debajo de los números conseguidos en las elecciones presidenciales de 2019.

Las elecciones de 2021 van a ser más parecidas a las de 2009, 2013 y 2017 que a las de 2019.