En Europa se pusieron en marcha las eliminatorias para el próximo Mundial. Noruega, que cuenta con una de las mejores selecciones de su historia, con jugadores como Martin Ødegaard del Real Madrid y a préstamo en el Arsenal, Erling Haaland del Borussia Dortmund y Alexander Sørloth del Leipzig, no participa de la máxima cita desde Francia 1998. 

Sin embargo, y con el riesgo que conlleva, los jugadores no dudaron en manifestarse en contra de Catar, el anfitrión del Mundial 2022. Los futbolistas realizaron el precalentamiento del partido que le ganaron 3 a 0 a Gibraltar con una remera que decía “Respeto, dentro y fuera de la cancha” y luego, antes del partido, se pusieron una con la leyenda “Derechos Humanos, dentro y fuera de la cancha”. 

Si bien dejaron en claro que su postura no es el boicot, su reclamo es firme. La causa es la denuncia realizada por el medio inglés “The Guardian”, que afirmó que más de 6.500 trabajadores asiáticos, de los cuales muchos son inmigrantes, fallecieron por las extremas condiciones laborales impuestas por Catar en todas las obras preparativas para el Mundial, desde que salió su designación como anfitrión en 2010. 

La Federación Inglesa también mostró su preocupación por la situación mediante un comunicado bastante menos confrontativo, en el que manifiesta la necesidad de que la Copa del Mundo se lleve a cabo “de manera responsable”. Sin embargo, el gesto de los noruegos, con la expectativa que tienen desde el punto de vista futbolístico, y con el peso eminentemente menor que posee su federación respecto a la inglesa, tiene mucho más impacto.