Esta claro que las resistencias ya no son lo que solían ser. De la resistencia francesa a la invasión nazi, a la resistencia de la oposición argentina a las restricciones horarias, por lo que parece ser, una difernecia de una hora, hay un abismo.

"Vamos a resistir en la medida en que sea totalmente irracional. De 23 a 5 va a destruir un montón de negocios. ¿Vas a seguir destruyendo restaurantes? Que lo hagan, pero la realidad es que la economía argentina no resiste más", dijo Patricia Bullrich, presidente del PRO.

Es de considerar que el gobierno del mismo partido, de la Ciudad de Buenos Aires, podía aceptar el cierre a las 24 hs. como modo de minimizar el efecto contagioso de la segunda ola de Coronavirus. La diferencia que surgió con el gobierno nacional, y también con el bonaerense, es que estos dos pretendían cerrar a las 22 hs., lo que producía una sensible merma en los comercios, especialmente gastronómicos.

Ahora, los ruor indican que el cierre podría instrumentarse para las 23 hs. por DNU del presidente, de modo que, si la cúpula del PRO estaba de acuerdo con Horacio Rodríguez Larreta, la diferencia con el horario impuesto por el gobierno nacional sería de solamente una hora. Poco, como para ponerse a resistir.