La Fiesta Patria Popular, que culminará el lunes 25 de mayo por la noche, prosigue con una serie de recitales musicales y exposiciones de distinto tipo en las inmediaciones de la Plaza de Mayo.

Sin embargo, desde lo simbólico, el evento del día es el traslado del Sable Corvo del General José de San Martín al Museo Histórico Nacional; hasta hoy se encontraba en el Regimiento de Granaderos de la ciudad de Buenos Aires. El acto comenzó minutos después de las 10.30 y finalizó poco después de las 14, cuando la presidente Cristina Kirchner lo depositó en una urna para que sea expuesto al público.

A través de una resolución publicada el jueves pasado en el Boletín Oficial, el gobierno nacional argumentó que "actualmente, el Museo Histórico Nacional está llevando a cabo un proceso de reconfiguración que pretende exponer la historia argentina desde un abordaje de la construcción social, a fin de volver a articular exposiciones permanentes que den testimonio de nuestra cultura, desde los pobladores originarios hasta el siglo XX".

Pero detrás de los papeles hay otros argumentos que llevaron al Gobierno a determinar el traslado del sable. La Presidente piensa en darle tonos épicos a sus últimos seis meses de gobierno. Ha decidido anticiparse a los historiadores y tratar de grabar en la retina de los 40 millones de argentinos actos masivos que la hagan ver siempre en el centro del escenario.


Por cadena nacional pero sin discurso, Cristina Kirchner encabezó el acto de restitución del sable corvo y entregó su custodia al Regimiento de Granaderos.
La mandataria recibió la espada en el Parque Lezama tras el desfile militar que recorrió más de 11 kilómetros para trasladarla desde el Regimiento de Granaderos a Caballo en el barrio de Palermo hasta San Telmo.
Durante una breve cadena nacional, la jefa de Estado depositó el sable del Libertador y su vaina en la vitrina en la que será expuesto a partir de este domingo en el Museo Histórico Nacional.
Tras cerrar la puerta, Cristina Kirchner entregó la llave a un granadero, que se comprometió con su custodia.
Luego, la Presidente recorrió la Sala de Sables del Museo, donde también están expuestas las armas pertenecientes a Manuel Belgrano, Juan Manuel de Rosas y Manuel Dorrego.