Luego de que se conociera la decisión de la Procuración General de la Nación, que prescindirá de los servicios de Diego Lagomarsino, dueño del arma de donde salió el proyectil que terminó con la vida de Alberto Nisman, y deClaudio Rabinovich, un abogado y periodista que asesoraba al fiscal, el abogado de Lagomarsino, Maximiliano Rusconi, se mostró indignado con el desplazamiento. "Es otro modo de interferir en la investigación", dijo y apuntó contra Gils Carbó por "asociarse a la estrategia de ciertos sectores del poder" que, "primero buscaron lesionar la imagen de Nisman por las dudas y ahora buscan sembrar sospechas sobre Lagomarsino que no tienen ningún sustento en la causa".

 
En diálogo con el diario La Nación, Rusconi dijo que "las autoridades de la Procuración pasaron de enviar comunicados falsos sobre la causa a influir en el devenir procesal acomodando las decisiones institucionales a las necesidades de las hipótesis instaladas desde el Poder Ejecutivo y algunos medios de comunicación".
 
Lagomarsino trabajaba con Nisman en la fiscalía especial para la causa AMIA como experto en informática desde 2008 y, según trascendió, cobraba un sueldo cercano a los 40 mil pesos.
 
El otro colaborador de Nisman que será desplazado, Claudio Rabinovich, le dijo a La Nación que trabajaba con el fiscal desde noviembre de 2012 y fue uno de los últimos en ver a Nisman con vida, el viernes anterior a su muerte. "Estaba decidido a presentarse. Es más, cuando nos despedimos, me palmeó la espalda y me dijo: 'Nos vemos el lunes, eh'", le dijo Rabinovich al periódico.

La decisión fue adoptada tras el pedido que hizo en ese sentido Alberto Gentili, quien quedó provisoriamente a cargo de esa fiscalía. Gentili había sido elegido por Nisman para llevar adelante sus tareas mientras se encontraba ausente. Sin embargo, en las próximas semanas sería reemplazado por un equipo fiscales, según adelantó la procurador Alejandra Gils Carbó.