“El corazón de Jorge (Bergoglio) es muy grande. Nos conocimos en el liceo y siempre fue una persona relevante en mi vida. Era un referente muy importante en mi corazón y en mis búsquedas, quiero seguir honrándolo con mi vida”, definió Gonzalo Aemelius, un cura uruguayo al que el ahora papa Francisco lo invitó al escenario para compartir un abrazo.

Ahora, “el Vaticano para mí ya no es un edificio, tiene sabor a barrio, sabor a casa”, dijo el padre de 33 años.

“En la zona donde estamos ubicados, sólo el 5 por ciento de los chicos logra terminar el colegio secundario”, subrayó Aemilius sobre su obra en una de las villas más duras de Montevideo.

“No hay progreso si no es en familia, nadie puede caminar sólo en este mundo”, señaló el religioso.