En un escenario preocupante para la industria automotriz por la fuerte caída de ventas, General Motors decidió suspender a 2.700 operarios de su planta de Santa Fe, un día por semana al menos hasta fines de junio, informó por Continental Antonio Milici, secretario adjunto de Smata. La terminal adoptó esa decisión porque en el primer cuatrimestre fabricó casi 20 por ciento menos que en igual período del 2013.

El cese de actividades de la fábrica santafesina, que produce 29 autos por hora, será total durante los días que los empleados se encuentren suspendidos. Dentro de las medidas analizadas por los ejecutivos fabriles se descartó la posibilidad de llevar a cabo un sistema de rotaciones para no suspender a todos los trabajadores juntos debido a que eso afectaría el objetivo de producción que, a su vez, bajó notablemente durante el último período.

La cúpula directiva de la empresa argumentó que ese desplome se debe en gran parte a la disminución de ventas al exterior, ya que el 76 por ciento de lo que se produce allí se exporta a Brasil. Milici, por su parte, opinó que la problemática “no se va a quedar un largo tiempo”, aunque admitió que la situación es “preocupante”. Sin embargo, aclaró que "es un modo de sostener los puestos de trabajo" y subrayó que los empleados "cobran el salario con normalidad".

Esta medida llevada a cabo por General Motors se suma a otros ajustes implementados por empresas. De acuerdo con las cifras publicadas por Smata, ya hay casi quince mil obreros de terminales y fábricas autopartistas afectados por suspensiones y licenciamientos parciales, en medio de un desplome del 35 por ciento en abril con relación al mismo período durante 2013, añadió Milici.