El accidente nuclear de Chernóby, sucedido el 26 de abril de 1986 en la central nuclear Vladímir Ilich Lenin, ubicada en el norte de Ucrania, que en ese momento pertenecía a la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, es considerado el peor accidente nuclear de la historia, y junto con el accidente nuclear de Fukushima I en Japón en 2011, como el más grave en la Escala Internacional de Accidentes Nucleares Un desastre que se llevó casi cincuenta víctimas directas entre quienes entraron en el reactor en los primeros momentos y miles de sobrevivientes que han tenido que lidiar con enfermedades vinculadas a la radiación a la que se vieron expuestos con la incertidumbre de qué podría pasar con sus descendientes.

Sin embargo, por primera vez, un estudio, dirigido por la profesora Meredith Yeager, del Instituto Nacional del Cáncer (NCI) de EE.UU ofrece luces sobre el asunto y sus resultados son sorprendentes El informe publicado en la revista Science se centró en los hijos de los trabajadores que se alistaron para ayudar a limpiar la zona altamente contaminada alrededor de la planta de energía nuclear (los llamados liquidadores), no halló un "daño adicional al ADN" en los niños nacidos de padres que estuvieron expuestos a la radiación de la explosión de Chernóbil antes de ser concebidos.

En la investigación fueron estudiados los descendientes de los evacuados de la ciudad abandonada de Pripyat y otros asentamientos en un radio de 70 km alrededor del reactor. A los participantes, todos concebidos después del desastre y nacidos entre 1987 y 2002, se les examinó el genoma completo. Uno de los científicos principales de la investigación, Stephen Chanock, también del NCI, le explicó en una entrevista a la BBC que el equipo de investigación reclutó familias enteras para que los científicos pudieran comparar el ADN de la madre, el padre y el niño o la niña.

"Aquí no estamos viendo lo que les sucedió a esos niños que estaban en el útero en el momento del accidente; estamos viendo algo llamado mutaciones de novo". Estas son nuevas mutaciones en el ADN: ocurren al azar en un óvulo o espermatozoide. Dependiendo de en qué parte del mapa genético de un bebé surja una mutación, podría no tener ningún impacto o podría ser la causa de una enfermedad genética. "Hay entre 50 y 100 de estas mutaciones en cada generación y son aleatorias.

De alguna manera, son los componentes básicos de la evolución. Así es como se introducen nuevos cambios en una población", explica Chanock "Observamos los genomas de las madres y los padres y luego al niño. Y pasamos nueve meses más buscando cualquier señal en el número de estas mutaciones que estuviera asociada con la exposición de los padres a la radiación. No encontramos nada". Esto significa, dicen los científicos, que el efecto de la radiación en el cuerpo de los padres no tiene ningún impacto en los hijos que conciban en el futuro