En momentos en que sus candidatos hacen campaña en sus distritos de cara a las primarias, el líder de PRO viajó al interior del país para reunirse con dirigentes de su partido y reforzar el armado con vistas a su proyecto presidencial.

En su recorrida, Mauricio Macri aseguró que el PRO cree “fuertemente en el federalismo” y apuntó que “el dinero que generan las provincias tiene que volver a las fuentes para obras de gas, cloacas, asfalto y todo aquello haga desarrollar a los municipios y a las provincias”.

“Queremos construir una alternativa nacional para poner la política y el Estado al servicio de la gente, con reglas de juego y políticas estables para que vengan las inversiones y conquistar los mercados internacionales con nuestros productos”, dijo en San Juan, acompañado del precandidato a diputado nacional por el Frente Compromiso Federal Eduardo Cáceres, que integra PRO.

El mandatario porteño se reunió luego en La Rioja con el diputado Jorge Yoma, quien aspira a renovar su banca, esta vez por el Frente con Todos.

Ayer, concurrió a la Fiesta Nacional e Internacional del Poncho, en Catamarca, acompañado por el aspirante aspirantes del Frente Cívico y Social Eduardo Brizuela del Moral (toda una señal, en un distrito donde el PRO no compite por sí solo) y el senador nacional Oscar Castillo.

“PRO es un espacio abierto que busca unirse con todos aquellos que quieran vivir en tranquilidad, mirando al futuro, sin dividir, apostando al trabajo, a la educación al progreso del campo, a la agroindustria y a un turismo de calidad”, dijo. “Llegó a la Argentina la hora de subirse al tren del progreso” y planteó que “no somos menos que ningún país”.

Macri reiteró que el país “tiene un potencial enorme, con capacidad de exportar 3 o 4 veces más, pero no lo estamos haciendo porque espantan a las inversiones y eso significa menos trabajo para la gente, menos empleo de calidad, más inflación por la falta de oferta”.

“Lamentablemente al Gobierno Nacional nunca le interesó escuchar las propuestas o las ideas de los demás; es más: aún equivocándose, como con la política de la carne, del trigo. No dan marcha atrás y el costo de su soberbia la pagan los argentinos con más pobreza”, afirmó.