Tal como el Real Madrid pretendía, en la vuelta de su serie contra el Liverpool en Anfield, poco pasó. El equipo español controló las acciones casi sin inconvenientes, y en un partido carente de emociones empató 0 a 0 y por el 3 a 1 conseguido en el Alfredo Di Stéfano se metió en las semifinales de la Champions League.

Al comienzo, el local intentó parecerse más al de siempre que al de Valdebebas. Pudo imprimirle al partido un poco de la velocidad con la que habitualmente juega y que pocos pueden seguir.

Para eso fueron fundamentales Mohamed Salah y, especialmente, Sadio Mané que sacó ventajas en los primeros duelos mano a mano contra Federico Valverde, que ocupó la posición de lateral, en la que no se desempeña naturalmente.

Pero el impulso le duró poco más de 10 minutos, tanto como le llevó al uruguayo acomodarse a su improvisado puesto. Fue poco el tiempo a partir del cual mediante la voracidad de la presión, el conjunto inglés consiguió cortar los circuitos de juego entre Luka Modrić, Toni Kroos y Casemiro.

Lentamente, tal como en la ida, los tres se hicieron cargo del juego para bajarle revoluciones al ataque rival. Y de esa manera consiguió la primera clara del encuentro, con una jugada individual del enorme Karim Benzema, quien enganchó varias veces hasta rematar de zurda y tras un rebote en un defensor la pelota pegó el palo. La furia del equipo rojo en los primeros minutos se apagó.

El partido se jugó mucho más como quisieron los madrileños. Y en los pocos arranques que el Liverpool tuvo, fue impreciso en el último pase y pocas veces tuvo chances de definir. De hecho, durante los últimos cinco minutos de la primera mitad tuvo las dos situaciones más propicias pero primero Salah y luego Georginio Wijnaldum definieron muy mal.

En los primeros minutos de la segunda parte, el equipo Merengue fue definitivamente más. Ejerció control absoluto, no sufrió en defensa y si bien no fue un vendaval ofensivo, tuvo sus chances a partir de Benzema o de alguna trepada de Ferland Mendy. A los 24, Roberto Firmino tuvo tras una serie de rebotes la única clara del segundo tiempo para el Liverpool, pero el remate, muy al medio, fue controlado por Thibaut Courtois.

En la mayor parte del tiempo, el conjunto de Jürgen Klopp fue llamativamente inofensivo. Perdió vértigo y se diluyó en el ritmo lento del rival, con jugadores definitivamente menos aptos para jugar de ese modo.

Tácticamente, Zinedine Zidane ganó claramente el duelo. Tanto en la ida como en la vuelta se jugó como lo pensó el francés. En 180 minutos, fue muy poco lo que sufrió en defensa y si bien en ataque los ataques no fueron tan cuantiosos, si resultaron claros. El conjunto español se llevó la serie con justicia y se clasificó a la próxima etapa donde enfrentará al Chelsea de Thomas Tuchel.

En la otra llave, el Manchester City le ganó al Borussia Dortmund en Alemania por el mismo resultado que en la ida, 2 a 1, y se clasificó también a semifinales. Jude Bellingham abrió la cuenta para el local y Riyad Mahrez y Phil Foden dieron vuelta la historia para el equipo de Sergio Agüero, que no estuvo ni en el banco.

Pep Guardiola consiguió romperlo la maldición y alcanzó por primera vez esta instancia como director técnico del City. Antes había sido eliminado una vez en octavos, contra el Mónaco y tres ocasiones seguidas en cuartos, contra Liverpool, Tottenham y Lyon.