El llamado "Capítulo 42" es una disposición de salud pública que ha estado vigente por años para permitir que la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos, rechacen rápidamente la entrada a la mayoría de los migrantes sin autorización legal para ingresar al país.

La orden, que no se aplicó a ciudadanos estadounidenses o residentes permanentes, o ciudadanos extranjeros con documentos de viaje válidos o exenciones de visa, "es necesaria para proteger la salud pública", dijeron en ese momento los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) norteamericanos.

Lo cierto es que el ex presidente Donald Trump empezó a aplicarla el año pasado, con la excusa de la pandemia, para evitar el ingreso a suelo norteamericano, de personas migrantes desde México.

Se esperaba que esa actitud mermara a niveles históricos con el advenimiento de demócrata Joe Biden, pero no solamente no ha pasado sino que se han intensificado los rechazos, e incluso, el hacimiento de personas en condiciones inhumanas en la frontera.

Biden así como sus funcionarios, han dicho a los periodistas que, si bien se ha hecho una excepción para los niños no acompañados, varios miles de los cuales permanecen en instalaciones norteamericanas en las condiciones indicadas, la frontera entre ese país y México está cerrada.

“El mensaje es bastante claro: no vengas”, dijo el secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Majorkas , en una entrevista con ABC News el mes pasado. “La frontera está cerrada. La frontera es segura. Estamos expulsando familias. Estamos expulsando a los adultos solteros", agregó. Solo en febrero, las autoridades estadounidenses enviaron a más de 72.000 personas al otro lado de la frontera sur.