El Estimador Mensual de Actividad Económica (EMAE), un indicador que el organismo oficial de estadística difunde todos los meses a modo de adelanto de la evolución del PBI, cuyos datos se dan a conocer en forma trimestral, no abre la serie para conocer el comportamiento de los diferentes sectores, sean productores de bienes o de servicios, públicos o privados. Tampoco el informe aporta datos sobre la variación acumulada en comparación con un año atrás.

En el caso del PBI el Indec mantiene diferencias con las mediciones privadas, las cuales coinciden en destacar que frente al virtual estancamiento que indican las cuentas nacionales registraron en septiembre una contracción ajustada de 2,5%, frente a una estimación original de caída del 4,2 por ciento, en el caso de la consultora Orlando Ferreres.

Semejante brecha fue una constante en el año, toda vez que mientras los números oficiales acusan en el nonestre un crecimiento de 1,2%, en comparación con el nivel de diciembre en valores corregidos por estacionalidad, el estudio privado dio cuenta de una declinación de 2,6 por ciento.

Y para octubre, el estudio del ex viceministro de Economía estimó un receso de 3,9% cotejado con igual mes del año anterior, aunque se atenuó a dos por ciento para el promedio de los primeros diez meses.

Los sectores más contractivos fueron los del comercio, la industria, la intermediación financiera y el transporte de cargas; mientras que se estancó la actividad de la construcción e inmobiliaria, y sostienen un moderado crecimiento los servicios del sector gobierno, salud, y también en el agro y la industria extractiva.

Destaca el informe de Ferreres que en perspectiva "el sector financiero ha dejado de ser uno de los principales impulsores del nivel de actividad, para convertirse en octubre en la rama de peor rendimiento en la segunda mitad de 2014".

Claramente, el cepo cambiario, la persistencia de un tipo de cambio oficial virtualmente fijo con una tasa de inflación de más de 30% en el año y el consecuente deterioro de poder de compra de los salarios han ido llevando la actividad económica a una generalizada contracción de los tres principales componentes de la demanda agregada: el consumo privado, la inversión y las exportaciones. Sólo crece el consumo del sector público.