El gobernador republicano del estado de Florida, Ron DeSantis, aprobó una ley del congreso estadual que limita el voto por correo, instrumento de dudosa legitimidad y que resultó la modalidad que le dio la poco clara victoria a los demócratas hace solo unos meses.

Uno de los problemas del voto por correo es la identificación del votante. Es cierto, los republicanos hicieron múltiples denuncias judiciales que fueron rechazadas, pero no es menos cierto que las autoridades norteamericanas no están dispuestas a desnudar escándalos emanados de su "sacrosanto" aunque muy vulnerable sistema democrático.

De modo que, el hecho de que los magistrados hayan fallado contra los pataleos de Donald Trump y los suyos, no hace a tales pataleos menos válidos y ni quita al manto de sospecha sobre un sistema endeble y frágil por donde se lo mire, como pocos.

Es por eso, y aprovechando que el sistema se regula por estados aunque sea para una elección nacional, que gobernador republicano de Florida, Ron DeSantis, que además es uno de los mejores postulantes que ese partido tiene para las próximas presidenciales, impulsó un proyecto de ley para limitar y transparentar el voto por correo.

Los "progresistas" pusieron muchos obstáculos a la iniciativa, incluso la catalogaron de racista, pero lo cierto que es son pocos los límites adicionales que pide la nueva norma: por ejemplo, que el votante tenga una firma registrada. Mas o menos lo mismo que pide una entidad bancaria para alguien que emite un cheque ¿Son por ello racistas las entidades bancarias? Parece más bien, un requisito de seguridad madianamente racional.

El sistema electoral en los Estados Unidos entró en un período de sombras y fuertes cuestionamientos, especilamente desde la paridad registradas en los últimos dos procesos electorales. Uno de los temas que se revisa, aparte del voto por correo y del voto anticipado, es el sistema de electores por mayoría absoluta.

Por ejemplo, si un candidato le gana a otro por un solo voto en California, envía 55 electores al colegio electoral, y si el otro candidato le gana por diez millones de votos en Florida, solamente envía 29 electores al colegio electoral. Eso garantiza que que con cierta paridad en algunos estados, un candidato podría perder por enorme holgura en votos, y perder también mucho mas que la mitad de los estados, y ser presidente sin ninguna legitimidad.