"Si bien el crecimiento se acelerará, cabe esperar más turbulencias en nuestra región", afirmó Alejandro Werner, director del FMI para el Hemisferio Occidental en una rueda de prensa, al referirse a la reciente volatilidad financiera observada en los mercados emergentes.

Especialmente, Werner mencionó como causas de estas "tensiones" en Latinoamérica el "repliegue" en Estados Unidos de las medidas de estímulo por parte de la Reserva Federal (Fed) y el "reequilibrio" de las fuentes de crecimiento en China.

En América del Sur, el Fondo observa un panorama "desigual". Por un lado, la institución dirigida por Christine Lagarde consideró que Argentina y Venezuela enfrentan escenarios "menos favorables" debido a las presiones "sobre la inflación, la balanza de pagos y los mercados cambiarios".

La fuerte devaluación del peso argentino provocó miedo a una crisis monetaria que podría contagiar a vecinos como Uruguay y Brasil. No obstante, Werner sostuvo que economías más pequeñas como Uruguay y Paraguay están mejor preparadas que antes para soportar cualquier impacto que resulte de un contagio de Argentina.

Por otro lado, sitúa a "los grandes países exportadores de materias primas financieramente abiertos (Brasil, Chile, Colombia, Perú y Uruguay)", donde el crecimiento promedio se mantendrá ligeramente por debajo del 4 por ciento.