Una vez más todo pasará por la Provincia de Buenos Aires. Y el oficialismo encara la campaña electoral con dos premisas básicas: el candidato no escrito de la lista será el Gobierno (encarnado en Alberto Fernández), y el partido definitorio de los comicios –a todo o nada– se jugará en la provincia gobernada por Axel Kicillof.

La Casa Rosada, entiende que las urnas hablarán de un respaldo o un rechazo a la administración nacional, comenzó a redoblar los esfuerzos para “defender la gestión” presidencial en territorio bonaerense.

Según La Nación , la necesidad es reflejar una “arenga nacional” –que se palpa en todos los estamentos de la administración– llevó a grupo de funcionarios de segunda y tercera línea del gabinete a coordinar una serie de charlas a las que asisten más de cincuenta referentes territoriales de la provincia de Buenos Aires, más un grupo del interior del país, para escuchar de boca de algún ministro nacional sobre la marcha de la gestión.

Con estas conversaciones se quiere evitar lo que sucede “enfrente” con las múltiples disputas de lineas internas que tiene el PRO en la provincia de Buenos Aires (las líneas de Horacio Rodríguez Larreta, las de Jorge Macri, la de Emilio Monzó) a la que hora se sumó un planteo del titular nacional de la UCR, Alfredo Cornejo, quien consideró que la cabeza de lista en ese distrito debería ser el neurocientífico Facundo Manes.

Justamente y aprovechando esta situación, parte de la tarea que encaran los encuentros es fortalecer a dirigentes con eventual proyección política en los distritos que gobierna Juntos por el Cambio.

Las charlas suelen tener una duración aproximada de dos horas y allí se habla fundamentalmente de la actualidad de la gestión y la unidad del espacio. Como la mayoría de quienes participan tienen anclaje territorial, aportan lo que sucede en sus zonas. Respecto de la unidad, el objetivo es recalcar “la importancia de bajar diferencias o tensiones innecesarias”, resumió una fuente a LA NACION.

Por eso, las consigna principal es “acompañamos a Alberto sin condicionamientos y convencidos que en la unidad está la fuerza de gobierno”. El objetivo es que aquellos que trajinan el territorio se empapen de la gestión nacional y tengan datos, insumos y argumentos para defender al Gobierno durante la campaña.

También buscan intercambiar miradas sobre la coyuntura, con el propósito de reforzar lazos entre las diferentes tribus del Frente de Todos. Especialmente entre los “albertistas” que tienen sillas en el gabinete nacional y el kirchnerismo con anclaje territorial en la provincia. Las reuniones se vienen desarrollando los sábados vía Zoom.

Son al menos dos encuentros por mes, con audiencias variables. La idea original fue que se conectara un grupo acotado, de unas cincuenta personas, pero hubo charlas donde la participación se estiró a más de 100 asistentes.

Ya se pararon frente a ese auditorio al menos seis ministros nacionales: Gabriel Katopodis (Obras Públicas), Sabina Frederic (Seguridad), Agustín Rossi (Defensa), Daniel Arroyo (Desarrollo Social), Matías Kulfas (Desarrollo Productivo), Jorge Ferraresi (Vivienda y Hábitat), y María Eugenia “Maru” Zamarreño, de Corredores viales.

Entre los promotores de la iniciativa se encuentra un puñado de funcionarios nacionales de bajo perfil que se autodefinen como “frentetodistas” aunque en rigor la mayoría tiene ADN “albertista”, una etiqueta que el Presidente prefiere obviar para no agitar fricciones internas. Es que varios recalaron en sus cargos por el aporte que Fernández y su círculo de dirigentes (el Grupo Callao) le hizo al organigrama cuando se confeccionó el gabinete.