El país más famoso de Sudamérica por no pagar sus deudas fija otro precedente.

El fallo del lunes del juez de distrito estadounidense Thomas Griesa de declarar a la República Argentina en desacato no es un hecho sin precedentes. El año pasado, Rusia entró en conflicto con una corte estadounidense en una disputa en torno a la custodia de libros religiosos judíos. La República Democrática del Congo fue declarada en desacato civil en 2009 por no acatar la solicitud de exhibición de pruebas de un juez de distrito.

Sin embargo, el fallo contra Argentina está en una clase aparte. "Todos sabemos que declarar a una parte en desacato es algo inusual. Me pidieron que lo hiciera en una etapa anterior y lo rechacé", dijo Griesa el lunes. No obstante, dijo que se veía obligado a reconocer "lo que realmente es la conducta ilegal de la República que incluye el intento de cambiar ilegalmente y desviarse de las estipulaciones de la orden judicial vigente".

El juez se refiere a intento del gobierno de Cristina Fernández de Kirchner de cambiar la jurisdicción de los bonos gobernados por la ley estadounidense a Argentina y reemplazar a Bank of New York Mellon Corp. como agente de pago con el argentino Banco de la Nación. Buenos Aires está sujeto a la ley estadounidense porque en los años 90 acordó someter disputas a las cortes estadounidenses como forma de atraer inversionistas extranjeros.

Como asunto político, esto puede haber sido exactamente el resultado que Kirchner buscó. Su gobierno ha hecho de "Patria o Buitres" su eslogan de facto, y "buitres" se refiere al juez Griesa, el gestor de fondos de cobertura Paul Singer, la Corte Suprema de Estados Unidos y cualquiera que busque cobrar deudas o hacer cumplir el Estado de derecho. Recientemente, el ministro de Relaciones Exteriores argentino, Héctor Timerman , la arremetió contra el encargado de negocios de EE.UU., Kevin Sullivan, cuando el diplomático sugirió que Argentina debería tratar de salir del default.

Culpar a los extranjeros por su grave situación económica es un deporte tradicional para los políticos en Buenos Aires
Esta demagogia podría ayudar al partido peronista de Kirchner en las elecciones del próximo año. O tal vez no. Los argentinos ahora viven con una tasa de inflación que se estima en 40%, frecuentes cortes de electricidad, un desplome de los valores de los activos y una reputación tóxica en los mercados financieros globales. Culpar a los extranjeros por su grave situación económica es un deporte tradicional para los políticos en Buenos Aires. Sin embargo, los argentinos con el tiempo quizás se den cuenta de que el desdén que Kirchner y sus ministros populistas muestran hacia "los buitres" en última instancia está dirigido a ellos.



Fuente http://online.wsj.com/news/articles