El ministro de Seguridad de la Provincia de Santa Fe, podría decirse que duró más de lo esperado. Marcelo Saín, quien desde el principio de su gestión fue un megáfono de declaraciones altisonantes y polémicas, deberá buscar otro empleo. 

Más allá de su personalidad conflictiva que le trajo mas de un dolor de cabeza al gobernador, la gestión de Saín no implica mejoras de ningún tipo en términos de control, prevención o represión del delito en una provincia donde la ciudad de Rosario es conocida como “la Chicago argentina” por analogía con las mafias que imperaban allí hace algunos años. 

Rosario es una ciudad copada por el narcotráfico y las bandas, que se asesinan unos a otros, a los ciudadanos y a la policía sin miramientos, y sobre las que el saliente ministro no aportó soluciones. 

El último conflicto que parece antecedente directo de su despido, fue llamar “negros pueblerinos” a los policías bajo su mando, que deben combatir el narco delito.