El gobierno de la Provincia de Buenos Aires, generó esta mañana un indescriptible caos vehicular en todas las autopistas que salen de la Ciudad de Buenos Aires, con retenes policiales a los que les dieron el carácter de "sanitarios", fuera del horarios de restricciones, cuando la circulación está permitida por la ley.

Los retenes no hacían otra que tomarle la temperatura a los automovilistas y quienes circulaban en los rodados, con lo cual poco tenían de senitarios y su objetivo era claramente uno: disuadir a la gente a no entrar a la Provincia, a sabiendas que, de hacerlo, podrían perder dos o tres horas parados en la autopista, esperando que un policía le tome la temperatura.

Las críticas arreciaron pero el gobierno no las consideró demasiado. De hecho el jefe de gabinete Carlos Bianco blanquó la intención de evitar que la gente se desplace. "En este caso son controles sanitarios, que reforzamos los fines de semana, porque tenemos que movernos pura y exclusivamente para ir a las actividades estrictamente obligatorias: el resto del tiempo hay que priorizar quedarse en la casa”.

Tal vez, sería mejor tener la valentía de dictar una una norma restrictiva que ordene que no se puede ingresar a la provincia los fines de semana, que crearle un perjuicio a la gente para que no vaya.