Cumplió y poco más. Independiente jugó un muy mal partido ante un equipo de muy escasa categoría, pero consiguió ganarle 1 a 0 sobre el final con gol de Silvio Romero. Incluso, pudieron empatárselo de penal, pero el equipo boliviano lo desperdició. Con el triunfo, el Rojo quedó como puntero del Grupo B y se clasificó a los octavos de final de la Copa Sudamericana.

La primera mitad fue de bajísimo nivel futbolístico. El Rojo no está preparado para romper a un equipo que defiende con muchos hombres y se desentiende del ataque. El equipo boliviano, que había recibido 16 goles en los anteriores cinco partidos, extrañamente apostó por esa postura de resignación total del ataque. De todos modos, la responsabilidad claramente le cabía a los de Avellaneda y lo poco que generó lo desperdició Silvio Romero.

En la segunda mitad todo siguió igual. Independiente no pateó al arco hasta los 20 minutos. Recién a partir de la buena entrada de Andrés Roa tuvo una oportunidad. El colombiano combinó bien con Domingo Blanco que picó al vacío y tiró un centro atrás no del todo bueno y por eso Gonzalo Asís que entró por el centro no pudo pegarle del todo bien. A pesar de todo la pelota dio en el travesaño.

Tal como sucedió en el último partido frente a Bahía, el Rojo encontró sobre el final otro gol casi milagroso de pelota parada. Tras un centro desde la izquierda, Asís ganó de cabeza, Silvio Romero quedó solo y cabeceó débil, pero el arquero Saidt Mustafá en vez de retener se la hizo rebotar en el cuerpo al delantero que de esa forma convirtió.

Unos pocos minutos después, un error grosero del arquero Sebastián Sosa le dio a Guabirá la mejor oportunidad del encuentro. Tras un pelotazo largo en el que perdió Thomas Ortega por arriba, el arquero salió muy lejos sin sentido y derribó a un atacante del conjunto boliviano.

William Álvarez ejecutó desde el punto del penal pero la pelota pegó en el palo derecho del arquero y salió. Independiente hizo un nuevo partido pobre y fue otra vez favorecido por la buena fortuna.

No mereció ganarle a un equipo que no sacó puntos en el torneo, recibió 17 goles en contra y solo convirtió uno; justamente en la ida contra el Rojo. Más allá de todo, el conjunto de Avellaneda ganó su grupo y se clasificó a los octavos de final.