El primer paso de la Selección Argentina en busca de un título tras 28 años de sequía fue poco firme. Tuvo pasajes de buen fútbol, pero falló en los sectores decisivos de la cancha: estuvo errática en la definición y titubeante en la última línea. Fue 1 a 1 ante Chile en otro partido en el que el equipo nacional comenzó en ventaja pero no pudo ganar.

Lionel Messi abrió la cuenta con un tiro libre exquisito y Eduardo Vargas igualó en el arranque del segundo tiempo. El inicio le fue esquivo al conjunto de Lionel Scaloni. Se paró muy atrás para aguantar y durante los primeros 10 minutos se dedicó casi exclusivamente a defender.

Cuando tuvo la pelota no mostró ritmo y no salteó líneas, por lo que sucumbió fácilmente a la presión rival. Pero, con el correr de los minutos mejoró. Tomó confianza a partir de imprecisiones rivales que le permitieron recuperar la pelota en ataque.

A los 15, Nicolás González, el más peligroso en ofensiva tuvo la primera aproximación con un remate de afuera del área. Menos de dos minutos después, Giovani Lo Celso, el otro que tuvo un buen arranque de partido, le puso un pase extraordinario al ex Argentinos Juniors que tras una diagonal quedó mano a mano, pero definió muy al medio frente a Claudio Bravo.

Tras el par de arrebatos, el conjunto nacional se hizo de la pelota. Lo Celso pasó a manejar los hilos del partido con soltura y profundidad en los pases. Hasta entonces Messi no había aparecido demasiado, a pesar de que el partido lo requería y fue el ex Rosario Central el que no se retrajo y hasta empezó a romper líneas con pelota dominada.

En una de esas acciones le cometieron infracción y ahí sí apareció el capitán para hacerse cargo de la falta. De zurda y con un efecto exquisito, a los 33 minutos, puso el 1 a 0 de tiro libre. La Argentina dejó atrás el flojo arranque y superó a Chile. Se paró bien en campo rival, movió la pelota y hasta tuvo chances de incrementar el resultado.

A lo 38 fue la más clara: Gonzalo Montiel capturó un rebote tras un pase de Messi y asistió a Lautaro Martínez que en el centro del área impactó mal la pelota y la tiró muy desviada. El hombre del Inter hace un enorme trabajo sucio y desgaste para el equipo, pero también falla oportunidades concretas.

En la segunda mitad, nuevamente, como en el arranque del partido y como ante Colombia, la Selección se retrasó. Chile lo aprovechó y fue por el empate y a los 7, con poco, encontró la oportunidad. Lucas Martínez Quarta tuvo un mal partido en el que salió varias veces a buscar alto a un rival y casi siempre falló.

En alguna oportunidad pudo cortar con infracción, pero en esta acción no pudo y dejó a todo el fondo mal parado. Erick Pulgar metió un buen pase y tomó a contra pierna a Nicolás Otamendi. Eduardo Vargas recibió y Nicolás Tagliafico no llegó a cerrar, pero Emiliano Martínez tapó el mano a mano.

Sin embargo, en el rebote Arturo Vidal fue claramente derribado por el lateral del Ajax. El propio Vidal ejecutó el tiro, Martínez lo desvió, pero tras un rebote en el travesaño, Vargas aprovechó para empatar el juego. Dos jugadores chilenos fueron con voracidad a la segunda jugada, mientras que los de la albiceleste fueron más pasivos.

El impulso del tanto y el descalabro defensivo argentino impulsaron al conjunto trasandino en los minutos posteriores. Martínez Quarta, Otamendi y Tagliafico redondearon un partido para el olvido en el que prácticamente no recuperaron pelotas: o perdieron o cortaron con infracción.

Sin embargo, el equipo de Martín Lasarte no terminó de animarse a ir por el triunfo y durante los últimos minutos el conjunto nacional volvió a ir al ataque aunque sin éxito. Argentina pagó caro los momentos en los que retrocedió.

Tuvo buenos pasajes de juego pero le costó mucho convertir y le marcaron con mucha facilidad, algo que le viene sucediendo. No se requieren ni muchas situaciones ni un dominio muy prolongado para dañar a la endeble defensa nacional, ya sea con línea de cuatro o de cinco.

Además, las modificaciones del entrenador, lejos de aportar claridad, generaron confusión en propios y extraños, independientemente del nivel de los que ingresaron. Otra vez, se le escapó un partido en el que fue más y si bien la clasificación no debería correr riesgo, dado que pasan cuatro equipos de cinco que hay en el grupo, para tomar confianza es necesario ganarle a equipos competitivos y no solamente a los más accesibles.