Persiste la escalada inflacionaria iniciada en noviembre, que tiene uno de sus picos en las subas de la carne bovina. Entretanto, los distintos sectores de la cadena se acusan mutuamente para sacarse responsabilidades por los aumentos, mientras para el Gobierno la solución es que la gente coma menos carne. 

Por Continental, Dardo Chiesa, presidente de Confederaciones Rurales, fustigó a Alberto Williams, vicepresidente de la Asociación de Propietarios de Carnicerías de la Capital Federal, quien ayer explicó que la hacienda en pie que bajó en Liniers en los últimos días corresponde a "novillos grandes y vaca, una carne grasosa que en Capital no la consume nadie", y que el precio del "feedlot" sigue en sus niveles de diciembre. 

En La Mirada Despierta, Chiesa descalificó a Williams, de quien dijo no saber "en nombre de quién habla. Es un hombre que se ha perpetuado como vicepresidente de esta Asociación cuyo presidente nunca aparece. Es totalmente desafortunado lo que está diciendo de que los carniceros compran en el Mercado de Liniers. Es una falacia total. El carnicero compra en el mejor de los casos a un frigorífico si no al matarife", señaló, aunque no aclaró que la carne comprada al frigorífico o al matarife es efectivamente de hacienda vendida en Liniers.

"En los 12 años de lo que para el 'campo' fue la década perdida, se perdieron 12 millones de cabezas, más que todo el rodeo del Uruguay. Él participó de eso y ahora viene a comentarnos la escasez de la carne y que los precios son oscilantes", se indignó Chiesa. "Cuando sube la hacienda, la cadena comercial aprovecha para recomponer sus precios. La hacienda sube y luego baja, como ocurre ahora, pero la carne en la carnicería no. Esto viene de la mano de los costos, que no tienen que ver estrictamente con la carne, como los servicios, las paritarias y el transporte", señaló.