Desde hace varios años que la Juventus es, en el arranque de cada edición de la Champions League, un candidato firme. Desde la llegada de Cristiano Ronaldo, sus acciones en ese sentido han subido muchísimo. Sin embargo, nunca estuvo cerca de confirmar su potencial, y con el portugués en el equipo jamás pasó los cuartos de final. En este caso, ante el Porto, un equipo que está lejos de ser potencia, quedó eliminado en los octavos de final.

El equipo luso había ganado la ida 2 a 1 en el Estadio Do Dragão. Allí hizo dominó el partido, pero sufrió el gol del descuento sobre el final que le daba a la Vecchia Signora la oportunidad de ganar uno a cero en su casa y avanzar de fase. Pero nada de eso sucedió. Ganó por 3 a 2 con goles dos goles de Federico Chiesa y uno de Adrien Rabiot pero quedó eliminado. Sergio Oliveira, con dos tantos, fue el héroe del Porto. El equipo de Sergio Conceição comprendió que defender una ventaja que podía romperse con un solo gol no era conveniente, y planteó un partido de igual a igual en Turín.

De ese modo generó varias jugadas de riesgo y mantuvo alerta a la Juventus. De hecho, mientras estuvieron en igualdad de condiciones, los portugueses fueron superiores, al igual que en la ida. A los 19 del primer tiempo se pusieron en ventaja con un penal cuestionable. El delantero iraní del Porto, Mehdi Taremi, hizo todo lo posible para engancharse con el pie derecho de Merih Demiral. Björn Kuipers, de pésimo arbitraje, cobró penal. Sergio Olivera, uno de los mejores de toda la serie, convirtió el primero desde los doce pasos.

En la segunda mitad, el equipo italiano logró empatar rápidamente por el peso de sus nombres propios. Cristiano Ronaldo recibió una pelota en el área y de primera la dejó muerta para la entrada de Federico Chiesa, el mejor de la Juventus, que con la cara interna de su pie derecho la puso en el ángulo. Hasta ese entonces Porto no casi había sufrido sobresaltos y las pocas llegadas rivales habían sido contenidas por el argentino Agustín Marchesín, de gran partido. Pero poco después del empate, Taremi, volvió a ser protagonista, en este caso negativamente.

En menos de un minuto puso en serio riesgo la clasificación de su equipo: primero recibió una tarjeta amarilla por una fuerte infracción sobre Chiesa, y luego, tiró la pelota lejos sin sentido luego de que el árbitro detuviese el juego y se ganó la segunda amonestación. A partir de esa acción el Porto se refugio y sufrió el partido. Juventus con mayor comodidad se volcó completamente al ataque, y generó peligro, especialmente por la banda derecha con Juan Cuadrado.

A los 18 del segundo tiempo, el propio colombiano tiró un centro pasado al segundo palo, y Chiesa, nuevamente, entró solo para igualar la serie de cabeza. El equipo dirigido por Andrea Pirlo se relajó y su intensidad bajó, a pesar de que tenía al rival acorralado contra su propio arco. Recién sobre el final del partido volvió a tener una ocasión clara. Cuando el tiempo regular se acababa, Álvaro Morata convirtió un gol que fue anulado a instancias del VAR por un fuera de juego milimétrico.

En el primer tiempo del alargue continuó el dominio del conjunto italiano aunque sin gran profundidad. Nuevamente existió una polémica, en una jugada en la que Cristiano Ronaldo entró al área con una pelota que le quedó un poco larga y Marchesín salió con todo, despejó el peligro pero luego impactó contra la rodilla del ex Real Madrid. El holandés Kuipers consideró que la jugada no ameritaba la pena máxima.

Ya sobre el final del partido, cuando los tiros desde el punto del penal parecían el destino ineludible de un encuentro que se apagaba, llegó el tanto que cambió la serie. Sergio Oliveira tomó un tiro libre, a más de 30 metros del arco, y sacó un remate seco y raso de pierna derecha, que se metió contra el palo derecho. Más allá de la buena pegada del volante portugués, que nadie previó, hubo clara responsabilidad del arquero Wolfgang Szczesny, quien llegó a tocar la pelota pero no tuvo firmeza para desviarla.

A pesar de que Adrien Rabiot puso el 3 a 2 de cabeza pocos segundos después, a la Juventus no le alcanzó el tiempo para marcar un gol más, y por haber convertido menos goles en condición de visitante, quedó eliminado. Por segundo año consecutivo, el equipo de Cristiano Ronaldo se quedó en los octavos de final y ante un rival de menor jerarquía: en la edición anterior el Lyon y en esta el Porto.

Por otro lado, en Alemania, el Borussia Dortmund empató 2 a 2 con el Sevilla y avanzó de ronda por el resultado obtenido en la ida. En Andalucía, el equipo germano más popular se había impuesto 3 a 2 sobre el conjunto de los argentinos Alejandro “Papu” Gómez, Lucas Ocampos y Marcos Acuña. Los dos tantos de los alemanes fueron anotados por Erling Haaland, el temible delantero noruego, que acumula 102 goles en 147 partidos en primera división. Tan solo Pelé y Ronaldo Nazario necesitaron menos partidos para alcanzar las tres cifras. Youssef En-Nesyri anotó los dos tantos del conjunto español que comenzó abajo 0-2 abajo y estuvo a un gol del forzar el alargue.