Resulta muy llamativo cuando un equipo de élite sufre un bajón tan pronunciado como le pasó al Paris Saint-Germain en el segundo tiempo. Tras jugar una primera mitad excepcional se cayó a pedazos y se le escapó un partido increíble. El equipo parisino cayó 2 a 1 en el Parque de los Príncipes ante el Manchester City.

Marquinhos abrió la cuenta de cabeza, pero, en el complemento, Kevin De Bruyne y Riyad Mahrez dieron vuelta la historia. Con la fisonomía esperable de los equipos, el dominio del PSG sobre el City en el primer tiempo fue avasallante.

El local le disputó la pelota y pasó por momentos de tenencia y otros de aceleración. E incluso cuando cedió protagonismo no sufrió. No había habido llegadas profundas hasta que a los 11 minutos Neymar, que no la había tocado, apareció en acción.

Un par de maravillas individuales del brasileño le pusieron un poco de acción al partido. A los 14, cayó el primer tanto. Ángel Di María sacó un centro fantástico de tiro de esquina, con zurda, fuerte, cerrado y con la caída justa. Marquinhos, que es un especialista, atacó el espacio en el primer palo y cabeceó con precisión al segundo.

El rosarino se convirtió a partir de esa acción en el mayor asistidor en la historia del equipo parisino. A los 27, otra vez de pelota parada, el equipo local tuvo una nueva oportunidad clarísima. En este caso Neymar tiró el centro desde la izquierda y Leandro Paredes ganó en el primer palo con claridad pero falló en el cálculo respecto a donde estaba el arco. La pelota salió apenas desviada.

El Manchester City tuvo solo dos aproximaciones en el primer tiempo, ambas por malas salidas rivales. A los 30, Keylor Navas dio un pase flojo para Alessandro Florenzi, Phil Foden robó, tiró un centro pasado y Rihad Mahrez cabeceó, pero Paredes logró interponerse entre la pelota y el arco.

Luego, a los 41 el propio Paredes se la dio muy forzada a Kylian Mbappé, Kyle Walker lo anticipó y Bernardo Silva habilitó a Phil Foden, quien entró solo a la altura del área grande pero pateó muy al medio.

El equipo francés mostró todas las variantes de juego. Fortaleza aérea, solidez defensiva, capacidad para asociarse y tener la pelota, cambio de ritmo, aceleración y unas individualidades incomparables que de la mano de Mauricio Pochettino aprendieron a funcionar colectivamente. Independientemente de lo que sucedió después es el equipo europeo que mejores momentos de fútbol ha mostrado en la temporada.

En la segunda mitad, los franceses se consumieron de manera notable. El equipo inglés quiso adelantarse y hacerse definitivamente de la posesión. Lo logró, pero sin llevar demasiado peligro al arco del PSG.

A los 18, sin embargo, tras un tiro de esquina jugado por abajo, la pelota derivó en De Bruyne quien sacó un centro que parecía inofensivo desde el sector izquierdo. Nadie la tocó, pero la pelota se cerró y tomó dirección al arco y Navas reaccionó tardísimo. El arquero costarricense se distrajo ante un potencial desvió y fue claramente responsable de que un intento de pase débil termine en el gol del empate.

Lo que en principio podía parecer una postura buscada del PSG de refugiarse un poco más, entregar la pelota y esperar, se transformó rápidamente en un padecimiento. Si bien no los desbordaban, comenzó a desesperarse al ver el balón correr y cayó en un pozo.

Y a los 25, otra vez pegó el equipo de Inglaterra. Paredes y Presnel Kimpembe cometieron un error inverosímil: formaban parte de la barrera y se abrieron ante el remate de Mahrez. La pelota pasó entre la cintura de ambos, sorprendió a Navas, que tampoco reaccionó del todo rápido e increíblemente al conjunto de Pochettino se lo dieron vuelta.

El City creció a partir de la tenencia constante. Generó un desgaste físico y sobre todo anímico en un rival que había sido muy superior. El conjunto local se fue de partido, y entró en un nerviosismo insólito.

A falta de 13 minutos, para colmo, se quedó con un jugador menos. Idrissa Gueye le dio un planchazo descomunal sobre la parte baja de la pantorrilla izquierda a Ilkay Gündogan y se fue expulsado sin discusión posible.

Tras un primer tiempo memorable, el PSG se apagó absolutamente para sorpresa de todos. El Manchester City creció, y si bien no llegó a ser tan superior como su rival en el primer tiempo, fue muy efectivo y se llevó un triunfo bárbaro, con dos goles de visitante convertidos.

De cara a la vuelta de la semana que viene en el Etihad Stadium, al equipo francés le queda el consuelo de que si recupera el nivel mostrado en los primeros 45 minutos puede revertir la serie.