Antonio Caló será el único aspirante a ser el secretario general de la CGT más cercana al Gobierno. Todo parece indicar que eso es lo que resolverán las distintas facciones del frente que se reúnen esta tarde.

Sin embargo, antes de que comience el encuentro, el líder metalúrgico –quien  asumió nuevamente al frente de la UOM– se mostró flexible a las otras alternativas que barajaban los grupos menos convencidos de su designación. Aseguró que no tendría problemas con que la central obrera fuera conducida por un triunvirato, opción que impulsaban “los Gordos”, que a último momento parecían haber desistido de la idea.

“Me adapto a lo que sea necesario”, afirmó Caló. Aunque agregó que “si los gremios entienden” que él es la persona, lo hará gustoso.

El resultado del cónclave de hoy será oficializado mañana, cuando el antimoyanismo pondrá en marcha la nueva CGT en el congreso normalizador que se realizará en el estadio Obras Sanitarias del barrio de Núñez.

Respecto a las divisiones que marcarán este nuevo camino del sindicalismo, Caló intentó bajar tensiones. “No diría que es una fractura, sino un distanciamiento” lo que existe hoy entre los trabajadores, dijo. Y afirmó que no tiene problemas en dialogar con ningún gremio.