“Me sorprendió la rapidez con que se tomó la decisión; el tema merecía un estudio mucho más cuidadoso, por lo que está en juego. Yo habría tomado algunos recaudos para saber cómo reaccionarán los acreedores”, evaluó el economista Ismael Bermúdez, sobre la reapertura del canje para los acreedores que no ingresaron en 2005 y 2010.

“Tras el discurso de la presidenta, escuchamos algunas opiniones desde el exterior que no son muy favorables a la propuesta argentina”, explicó en Entre Líneas.

“La decisión de cambiar el lugar de pago, al hacer eso, la señal que le manda a los jueces de la Corte Suprema de los Estados Unidos es que está tratando de sortear un eventual fallo del tribunal para un posible embargo.

“En el mundo capitalista la gente no actúa de buena fe”, aseguró Bermúdez.