La historia se centra en una pequeña ciudad de Suecia cuya comunidad tiene sus equipos de hockey sobre hielo que se mantienen con aportes privados. Los jóvenes jugadores tienen la posibilidad de llegar a profesionales (este deporte en los países nórdicos es de elite y aporta sus figuras a la NHL norteamericana que es donde se pagan los contratos más jugosos) y es el caso de la figura local, alrededor del cual gira el equipo.

Hasta aquí podríamos estar hablando de la típica historia deportiva de superación, sin embargo es otra cosa. Este grupo de jóvenes, de últimos años de secundaria, no son muy distintos de sus equivalentes de otras latitudes, con una formación corporativa en la que cierran filas como equipo, son una parte de la historia.

La otra la compone el hijo pródigo de la ciudad, un jugador que llegó a la NHL y volvió con su familia luego de la muerte de uno de sus hijos para hacerse cargo del equipo. A partir de aquí, la historia avanza a ritmo pausado pero firme, para ir transformándose lentamente en una propuesta mucho más cruda de la que podíamos suponer.

La serie no tiene un argumento novedoso pero eso no le resta efectividad y nos pone a evaluar actitudes y relatos mezclándose con las imágenes deportivas y articuladas entre la comunidad y los resultados cuando quedan expuestas los procederes de los distintos miembros de esa sociedad.

Sin entrar en spoilers, “Beartown” tiene un desarrollo sólido enmarcado en el gris nevado del invierno sueco, buenas actuaciones y un guión bien estructurado. Una excelente opción que sabe cómo aprovechar la ambientación y la emoción del deporte pero que además desnuda los problemas que sufren las jóvenes y que tienen lugar en cualquier parte del mundo.

“Beartown” (Bjornstad) HBO - 5 episodios de 60 minutos aproximadamente.

Hernán Pablo Méndez

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