Por primera vez en un año, desde que la pandemia de Coronavirus obligó a cerrar todas las actividades que agrupen personas en el continente europeo, se celebró ayer un concierto multitudinario que duró nada menos que 12 horas, en el Palau Saint Jordi de Barcelona.

La banda Love of Lesbin celebró un concierto maratónico, en que no se guardo ningún tipo de distancia social, lo cual, no era tampoco la premisa. Los organizadores apostaron a otra cosa: mascarilla obligatoria e hisopado previo.

Así, cinco mil personas bien amontonaditas vibraron por medio día al ritmo de la música, en lo que significará un ensayo para definir si este tipo de reuniones y conciertos resultan viables con las previsiones tomadas, o desata una ola de contagios que complica la situación. Barcelona, siempre es pionera en materia de desafiar el status quo.