“Lo que hay es un proceso de desintegración social en los grandes centros urbanos”, analizó el ex viceministro de Desarrollo Social, Daniel Arroyo.

“No tiene que ver con el hambre sino con una situación de violencia cotidiana”, remarcó. “Es la idea que tienen los ciudadanos de que uno debe ‘autoarreglarse’”, agregó el educador.

“Objetivamente se mejoró el hambre y la subsistencia en el país, no es la nación del 2001…pero hay una segunda parte que se vincula a la movilidad social que no está resuelta, en parte por la inflación y también por la fragmentación”, señaló.