El arzobispo de Buenos Aires y cardenal primado de la Argentina, Jorge Bergoglio, aseguró este lunes que mantuvo reuniones con los ex integrantes de la Junta Militar, Jorge Rafael Videla y Emilio Massera para pedir la liberación de dos sacerdotes secuestrados.

El religioso declaró ante la justicia en la causa que investiga la desaparición de dos curas jesuitas, Orlando Dorio y Franciso Jali, llevados a la ESMA cuando éste se desempeñaba como principal de la Compañía de Jesús en el país en épocas de la última dictadura militar.

Pero para varios de los querellantes, Bergoglio “mintió” en su testimonio. “Cuando alguien es reticente está mintiendo, está ocultando parte de la verdad”, manifestó el ex diputado Luis Zamora, tras la audiencia que se desarrolló en el despacho del religioso, en la Curia metropolitana.

Zamora hizo hincapié en que el primado dio “pocas precisiones” y argumentó que “nunca las cosas tenían nombre y apellido, ni hubo constancias escritas de los que él (por Bergoglio) decía”.

En la misma línea se expresó la abogada querellante Myriam Bregman, para quien “la sensación no fue para nada de conformidad. Fue una declaración que esperábamos que aportara datos contundentes”.

Los curas desaparecidos trabajaban en el Bajo Flores y según una testigo, antes de ser detenidos ilegalmente habrían quedado sin protección institucional por orden de Bergoglio.

Horas antes, en la centésima Asamblea Plenaria de la Comisión Episcopal argentina, Jorge Bergoglio llamó a “no escandalizar ni convertirse en patrones del pueblo” ante un centenar de obispos.

En su homilía, Bergoglio hizo un llamado “para conducir, santificar y enseñar” al pueblo argentino, teniendo “cuidado de no desgajarnos de él”.

Este lunes, los obispos iniciaron una ronda de deliberaciones y análisis de la situación social del país y de la Iglesia, que durará una semana.