Según una investigación de La Nación, durante sus últimos cuatro años en el poder, el Gobierno de Cristina Fernández permitió que el empresario patagónico Cristóbal López acumulara una deuda por más de $ 8000 millones con la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP). Y ese pasivo fiscal amenaza con tornarse impagable en el transcurso de los próximos meses, según surge de los balances contables de Oil Combustibles y otras empresas del Grupo Indalo, aseguró por Continental el periodista Hugo Aldonada Mon.

En La Mirada Despierta, afirmó que el dinero que cobró López corresponde al impuesto a la transferencia de los Combustibles (ITC), pero no lo envió a la AFIP, según surge de los balances. Cada vez que alguien carga nafta en sus estaciones de servicio, de cada $ 14 por litro que cobra, debe girar $ 4 a la AFIP (es decir, el 26% del precio por litro), que se suman a otros impuestos y tasas. Pero no lo hizo, precisó Alconada Mon. 

Con ese dinero que retuvo, el empresario expandió el Grupo Indalo, aseveró el periodista. En otras palabras, López no impulsó el crecimiento de su imperio con las ganancias del juego, sino que "lo hizo con fondos que debió girar al Tesoro nacional".