Ayer, el Papa Francisco volvió  la carga con una idea que se le ha escuchado repetir en mas de una oportunidad. En un mensaje al director general de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), Guy Ryder, dijo que la propiedad privada es “un derecho secundario” que depende de un supuesto derecho primario: el "destino universal de los bienes”.

El Santo Padre ya habia mencionado su idea cuando inauguró la conferencia internacional virtual de los Comités Panamericano y Panafricano de Juezas y Jueces por los Derechos Sociales y la Doctrina Franciscana.

Es curiosa la afirmación de quien es el encargado de preservar los bienes del riquísimo estado Vaticano, que no parece muy dispuesto a ceder su propiedad privada en favor de ningún desposeído, a menos que el Pontífice entienda que "el destino universal de los bienes" es el propio Vaticano, lo que conciliaría su teoría con lo que en la práctica se lleva a cabo desde el estado que conduce.

Quien haya tenido la fortuna de visitar la ciudad de Roma y se haya acercado al Vaticano, sin analizar los números, las cuentas, los inmuebles, las acciones ,etc, etc, etc, llega a la fastuosa Basilica de San Pedro, saltando personas en situación de calle que piden aunque sea un alimento, dentro del propio estado Vaticano.

Posiblemente les bastaría a todos ellos con acercarse y tomar una pintura, para alimentarse ellos, toda su familia y todos sus descendientes, pero parece que ser que no forman parte del "universo" al que están destinados los bienes.

Conciliar dichos con hechos, el saldo deudor de toda la dirigencia en el mundo, política, religiosa, económica (en este caso los tres en uno).