Nadie puede dudas que para Alberto Fernández fue un tropiezo. La medida que tomó de modo inconsultó, sorpresivo, incluso contra la opinión de varios de sus ministros, como el de Educación Nicolás Trotta, todo en base a su autoridad, en definitiva no se podía tomar y su autoridad entra en crisis.

Fue un error, esta claro. Se paresuró y se equivocó, el intento de monopolizar el centro de la escena política la prudujo, por un lado, una derrota con Horacio Rodríguez Larreta que continuó con las clases presenciales con el aval de la justicia porteña, y por otro, un síntoma de extema debilidad reflejado por el fallo de la Corte, en cuanto a que su equipo, no está en capacidad de articular una maniobra de alto vuelo, sin cometer este tipo de errores.

Pero para Cristina fue un elemento mas que interesante para seguir jugando su batalla contra la Corte. La ex presidenta quiere varias cabezas de ahí, de ser posible todas, y el hecho de que haya emitido un fallo en contra de los intereses de Fernández, le importa poco, pero le otorga margen para atacarlos y abroquelar mas las opiniones que la respaldan, detrás de la idea de que la justicia está "contra ellos".

Ya empezó a utilizarlo en sus redes sociales. Habló en Twitter de "golpe institucional" y mencionó que para poder gobernar hay que ser juez antes de presidente. Los intereses del presidente y su vice casi nunca son los mismos y este caso no es la excepción.