Inglaterra jugó un gran partido en su debut en la Copa del Mundo, bailó a Irán y lo derrotó por 6 a 2. Jugó bien, manejó el partido, fue contundente y pudo ampliar la diferencia.

Dos incidencias ocurrieron antes de que los ingleses se pusiesen en ventaja. Una fue un violento choque entre el arquero iraní y uno de sus defensores, que paró el partido durante unos diez minutos para ver si el portero podía seguir, después del impacto que, se sospecha, podría haberle roto el tabique nasal.