El panorama es cada vez más desolador en la isla Lampedusa, Italia, escenario del trágico hundimiento ayer de una barcaza que transportaba a inmigrantes africanos. Las autoridades italianas ya reportaron al menos 300 muertos y 155 sobrevivientes, cuando continúan los trabajos de rescate en el mar Mediterráneo.

Según el ministro del Interior, Angelino Alfano, 111 cuerpos fueron ya recuperados. Un gran número de cadáveres fueron localizados ayer por los submarinistas junto a los restos de la embarcación y en el casco, la mayoría de mujeres y niños. La barcaza permanece volcada a 40 metros de profundidad, a 550 metros de la costa de la isla.

La cifra de sobrevivientes ascendió a 155, según anunció el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) y proceden de Eritrea, excepto un tunecino que habría sido la persona que organizó el traslado ilegal de los inmigrantes. La travesía había comenzado en las costas de Libia, en el norte de África.

Según los primeros testimonios, la embarcación se incendió y acabó volcando, por lo que los indocumentados cayeron al mar y algunos quedando atrapados bajo la estructura de la barcaza. Algunas reconstrucciones indican que el fuego pudo ser originado por un cortocircuito, mientras que otras señalan que fueron los propios inmigrantes los que decidieran encender un fuego para ser localizados, ya que no pudieron contactar con los servicios de rescate a través de un teléfono.

"Aquí ya no hay lugar para los vivos ni para los muertos", dijo consternada la alcaldesa de Lampedusa, Giusi Nicolini. "Es un horror, un horror, no paran de traer cuerpos", añadió. "Tenemos la obligación de dar una sepultura digna a esta pobre gente", aseveró.

Agencias EFE, AFP y DPA