El presidente de Rusia Vladimir Putin ha exigido que los países no interfieran en Afganistán tras la caída de Kabul, diciendo que Occidente "debe detener la política irresponsable de imponer valores extranjeros desde el exterior".

En declaraciones extendidas, Putin dijo que esperaba que los talibanes "garantizaran la seguridad de los diplomáticos locales y extranjeros" y que el país no se desintegraría después de la retirada de las fuerzas lideradas por Estados Unidos.