El primer ministro de Irlanda, Leo Varadkar, condenó los disturbios violentos que tuvieron lugar en Dublín la noche del jueves. Estos incidentes ocurrieron en un barrio con una importante población inmigrante, luego de un apuñalamiento que dejó cinco personas heridas, incluyendo a tres niños pequeños y a un profesor de una escuela cercana.

Uno de los niños, de cinco años, se encuentra en estado crítico, según informó la policía. El autor del ataque, un hombre de alrededor de 50 años, actuó solo y sus motivaciones aún no han sido esclarecidas.

Las autoridades atribuyeron los disturbios a grupos de extrema derecha, que, tras rumores en redes sociales sobre la identidad del atacante, desencadenaron actos de violencia en un contexto de creciente discurso antiinmigratorio en el país.

El primer ministro Varadkar calificó a los perpetradores de los disturbios como una vergüenza para Dublín, Irlanda y sus familias, señalando que ponen en peligro a los más inocentes y vulnerables. La policía informó que 34 personas fueron detenidas y que se espera que haya más detenciones. Los incidentes incluyeron la quema de vehículos policiales, ataques a agentes del orden y saqueo de negocios.

El comisario Drew Harris lamentó la violencia extrema de los disturbios, describiéndolos como escenas inusuales en décadas. En los últimos años, ha surgido un discurso antiinmigración por parte de grupos de extrema derecha en Irlanda, exacerbado por la crisis inmobiliaria en el país. Estos grupos han protestado contra proyectos de alojamiento para solicitantes de asilo, especialmente en el norte de Dublín y en zonas rurales.