Colchones, frazadas, ropa, juguetes infantiles e incluso pañales pertenecientes a un grupo de venezolanos ardieron mientras una turba de manifestantes gritaba consignas contra los extranjeros. La violencia y la xenofobia no tuvo límites en las protestas realizadas en Chile contra los inmigrantes.

Por eso el  Ministerio de Exteriores de Venezuela anunció que está avanzando en los trámites de repatriación de los migrantes venezolanos en el país trasandino que sufrieron actos de xenofobia el pasado fin de semana, hecho que condenaron los dos presidentes,

"Avanzamos en las coordinaciones con nuestra embajada en Chile y nuestras autoridades competentes para repatriar a connacionales y víctimas de agresiones xenófobas, tal como lo instruyó el presidente Nicolás Maduro", publicó en sus redes sociales el ministro de Exteriores venezolano, Félix Plasencia.

El diplomático añadió que desde el Gobierno de Venezuela condenan enérgicamente los "inaceptables actos de discriminación" que se dieron este fin de semana durante una marcha contra la inmigración en la ciudad de Iquique, en el norte de Chile.

El gobierno de Nicolás Maduro salió inmediatamente a condenar los hechos y ofrecer la repatriación mientras que Sebastián Piñera no lo hizo hasta que comenzaron a resonar las críticas desde el exterior.

En Chile los extranjeros aumentaron de 305.000 en 2010 (lo que correspondía al 1,8% de la población total chilena) a casi 1,5 millones en 2020 (7,5% de la población), según la organización Servicio Jesuita a Migrantes, que recopiló datos del Instituto Nacional de Estadísticas (INE) y del Departamento de Extranjería y Migración de Chile.

Esto se explica en parte por el fuerte aumento de la inmigración venezolana, que pasó de ser una comunidad de 8.000 en 2012 a 500.000 en 2020. Según estimaciones del INE, los venezolanos conforman el grupo más grande de extranjeros en Chile (30,5%), seguido de peruanos (15,8%) y haitianos (12,5%).

La nueva ola migratoria ha significado un fuerte desafío para Chile, donde se han tenido que adoptar medidas a contrarreloj para intentar adecuar sus políticas de integración.

También ha habido importantes transformaciones sociales: debido a la gran concentración de extranjeros ha cambiado el perfil demográfico de varias ciudades, especialmente las que están ubicadas en el norte y cerca de las fronteras con Perú y Bolivia, entre ellas, Iquique.