Según un informe del periódico The Guardian, durante varios años, Alison permaneció despierta por la noche deseando que su esposo muriera. Atrapada en un matrimonio miserable, su preferencia era por un simple ataque cardíaco o un derrame cerebral masivo. Pero también fantaseaba con un accidente automovilístico o una espina de pescado atorada en su garganta.