Un ejército de gatos está por desembarcar en el Parlamento de la localidad británica de Westminster para defenderlo del asedio de los ratones.

 

El más renombrado refugio para animales de Londres, aquel de perro y gatos de Battersea, puso a disposición a sus felinos más expertos para los diputados que no pueden tener contactos con los roedores: cada vez más arrogantes y que incluso llegaron a morder los documentos oficiales que deberán ser ahora presentados a la Cámara de los Comunes.