El ataque empezó alrededor de las 5 (21, hora Argentina) cuando un grupo de 21 talibanes hicieron detonar dos vehí­culos "cargados de explosivos" frente a las instalaciones del servicio de Inteligencia de Ghazni, dijo el Ministerio del Interior afgano en un comunicado.

Además, los talibanes hicieron explotar un segundo vehí­culo y asaltaron las oficinas de inteligencia, lo que provocó un enfrentamiento con las fuerzas de seguridad que duró tres horas, según el gobernador adjunto de la región, Mohamed Ahmadi.
Todos los asaltantes fueron muertos por las fuerzas de seguridad afganas.

Los talibanes asumieron el ataque en un mensaje escrito en una de sus cuentas de Twitter, señalando que: "Dos coches bomba fueron detonados hoy (...) en la ciudad de Ghazni tras lo cual los muyahidines irrumpieron dentro" de los edificios.

Sus objetivos, según el mensaje, fueron los departamentos de Inteligencia, de Fuerzas de Respuesta Rápida y de Cultura Informativa de Ghazni.

Los atentados suicidas son, junto a los artefactos explosivos improvisados (IED, siglas en inglés), los métodos más recurrentes de los talibanes para atacar a las fuerzas afganas e internacionales, aunque en la práctica causan un elevado número de ví­ctimas civiles.

Afganistán atraviesa una de sus etapas más sangrientas después de que el año pasado las fuerzas afganas se hicieran responsables de la seguridad tras la retirada paulatina de las fuerzas de la OTAN, que culminará definitivamente a finales de 2014. Solo quedarán 9800 soldados de Estados Unidos hasta 2016.

El país centroasiático se halla inmerso en un proceso electoral con denuncias de fraude y sujeto a una exhaustiva auditoría de votos por lo que el nuevo mandatario afgano aún no tomó posesión de su cargo.