El 2021 era un año esperanzador para los peruanos. En el año del Bicentenario, Pedro Castillo , un maestro rural se convirtió en presidente de la República y llenó de ilusión a varias regiones olvidadas  del país. Sin embargo, esa confianza de cambio se fue apagando con el pasar de los días y en tan solo 8 meses todo explotó y gran parte de la sociedad salió a protestar pidiendo su renuncia inmediata.

En el día de ayer, Pedro Castillo, la Mesa Directiva del Congreso y voceros de las bancadas se reunieron para abordar la crisis por las recientes protestas sociales. La mism tuvo como clímax un improvisado anuncio del mandatario –el levantamiento de la inmovilización obligatoria– y su rauda retirada del recinto parlamentario.

El presidente peruano estuvo poco más de dos horas en una reunión que duró casi cuatro horas. Castillo no ofreció explicaciones sobre las decisiones de su gobierno en la compleja situación que atraviesa el país. Mientras tanto, en los exteriores del Parlamento, manifestantes pedían su renuncia.

En un escenario de conflicto gestado también por el propio gobierno, Castillo dijo antes de entrar al Congreso que iba a informar a los legisladores “qué cosa estamos haciendo en esta coyuntura por esta situación de la pandemia y más aún que se ha agravado con la guerra que tenemos entre Rusia y Ucrania”.

Aunque inicialmente indicó que está dispuesto “a conversar y ver la salida conjunta”, luego sostuvo en la reunión: “Planteo que a partir del sábado o domingo sentémonos a conversar con cada comisión que tiene el Congreso”.

Tras anunciar el levantamiento del toque de queda decretado la noche anterior —mientras en los exteriores del Parlamento escalaban las protestas en su contra—, el jefe del Estado optó por retirarse argumentando que tenía que firmar el documento para oficializar la derogatoria. María del Carmen Alva, presidenta del Congreso, se expresó en contra: “Lo pueden redactar en su oficina y lo puede firmar acá. Si usted quiere retirarse, está en su decisión. Las firmas ahora son digitales”.

Todo es escandaloso y minuto a minuto el gobierno de Castillo se va debilitando. Pierde respaldo en sus aliados de izquierda y las movilizaciones nacen en cada rincón del país.

Desde que comenzaron las protestas en el país por el aumento de los combustibles, ya son cinco fallecidos oficiales y cientos de heridos.