Tresa Romero, la primera persona en contagiarse ébola fuera de África, dio su primera entrevista desde que se enteró que ya se curó definitivamente del virus que la dejó el mes pasado cerca de la muerte. En su diálogo con el diario El Mundo, la enfermera negó haberse tocado el rostro con un guante tras atender a un misionero infectado, tal como dijo un médico.
Desde el hospital Carlos III, el mismo donde ella atendió a Manuel García Viejo, un misionero español repatriado desde África con ébola en septiembre pasado y que posteriormente falleció, y el mismo donde fue atendida y curada, Teresa Romero habló sobre sus días antes de la enfermedad, sobre su internación y la muerte de su perro, Excalibur.

Siempre sonriente, según El Mundo, Romero dijo que, al superar el ébola, volvió a nacer. "He vuelto a nacer, lo siento así", dijo, y agregó que, como todavía no salió a la calle, no pudo medir el impacto de su fama obligada.

Romero, de 44 años, desmintió las versiones sobre varios errores en los que ella habría incurrido y por los que la responsabilizaron por haberse infectado con ébola y, además, por haber expuesto a otras personas al virus.