Corea del Norte y Corea del Sur intercambiaron otra vez decenas de disparos de artillería en la frontera, en un incidente que elevó al máximo la tensión entre los dos vecinos y llevó, horas después, a Pyongyang a declarar el estado de guerra para sus tropas desplegadas en la línea de separación. El máximo líder de la República Democrática Popular de Corea, Kim Jong Un, ordenó que sus Fuerzas Armadas estén preparadas para un posible conflicto armado a partir de las 17 de mañana viernes (5.30 de la madrugada argentina). 

Kim hizo el anuncio tras mantener una reunión de emergencia con la comisión central militar de su partido. En el mismo mensaje advirtió que si Corea del Sur "mantiene su propaganda", enviará a un comandante de guerra a la frontera, paso previo para iniciar cualquier agresión armada, según informó la agencia de noticias surcoreana Yonhap. 

La "propaganda" que mencionó Kim se refiere a la reanudación de mensajes políticos contra su régimen comunista desde altavoces surcoreanos desplegados a lo largo de la frontera. En represalia por esta reanudación de la propaganda, Corea del Norte fue la primera en atacar hoy y disparó una ronda de artillería hacia la zona de la unidad militar surcoreana de Yeoncheon, en la Zona Desmilitarizada que divide a ambos países, desde que se firmó el alto el fuego en 1953.

Corea del Sur respondió con decenas de ataques de artillería contra distintos objetivos, y aunque Corea del Norte no devolvió el fuego, advirtió por carta a Seúl que tomará medidas militares si no se detiene en 48 horas la emisión de propaganda por los altavoces fronterizos, dijo el Ministerio de Defensa surcoreano. En otra carta, el gobierno comunista norcoreano del presidente Kim dijo que estaba dispuesto a resolver el prolongado conflicto aunque reiteró que considera la emisión de propaganda desde los altavoces como una "declaración de guerra", informó el Ministerio de Reunificación surcoreano.