Poco antes del amanecer del siglo XXI, dos mundos convivían en el mundo. El Muro de Berlín separaba al comunismo del capitalismo. Veinte años después de su caída, en 2009, Mikhail Gorbachov grabó un disco romántico en memoria de Raisa Maximovna, su difunta esposa. Había muerto en 1999 mientras recibía tratamiento contra la leucemia en Alemania, reunificada desde 1989 gracias a su marido y al canciller de la región occidental, Helmut Kohl. Gorbachov, el padre de la glasnost (apertura) y de la perestroika (transformación), interpretó siete de los 10 títulos del álbum Canciones para Raisa con el músico ruso Andréi Makarévich. Eran las favoritas de ella. Eran, en su voz cascada, el tributo a 45 años de matrimonio.