El diálogo de paz que sostienen el gobierno de Colombia y las FARC desde noviembre de 2012 se reanudará mañana en medio de fuertes expectativas de éxito, aunque deberá avanzar en el complejo tema de las víctimas de acciones armadas. El Centro de Prensa Internacional (CPI) del Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba citó a los medios periodísticos al Palacio de las Convenciones para mañana a las 7 hora local, y como es costumbre las conversaciones se reiniciarán una hora después.

Tanto el presidente Juan Manuel Santos, que acaba de tomar posesión para su segundo gobierno, como el líder de las FARC Timoleón Jiménez, han sugerido, por separado, que podría lograrse un resultado positivo. "Estamos convencidos de salir adelante", subrayó el guerrillero Jiménez, cuyo nombre real es Rodrigo Londoño, en un artículo distribuido por las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia la semana pasada.

Agregó: "Nosotros no llegamos a una mesa de diálogos porque estuviéramos vencidos o desencantados, sino que lo hicimos porque siempre hemos creído en las vías civilizadas y en que es posible alcanzar, con el apoyo de las grandes mayorías colombianas, unos acuerdos dignos que se funden, por una razón elemental, en la proscripción bilateral de la violencia".

No obstante, rechazó con vehemencia que "las guerrillas son las responsables de haber iniciado la larga confrontación, y las verdaderas y únicas responsables de todos los horrores sucedidos en el curso de ella", y en cambio culpó a "la clase dominante colombiana y a sus partidos políticos tradicionales".

En cuanto a las responsabilidades por el conflicto, el tema de las víctimas se presentaría complicado. Las víctimas, que según se espera culparán a ambos bandos, serán escuchadas en La Habana con el fin de aprobarse programas para indemnizarlas. Por otro lado, más de un centenar de organizaciones sociales colombianas reunidas en Bogotá pidieron al gobierno y a los guerrilleros un cese del fuego bilateral lo antes posible.

Basaron su llamado en la advertencia del propio presidente Santos, quien advirtió que de mantenerse los ataques actuales atribuidos a las FARC contra la infraestructura petrolera, el proceso de paz podría detenerse. El diálogo de paz ya logró acuerdos -que alcanzarán vigencia si se aprueba un tratado final- en cuanto a la situación rural colombiana, la participación de las FARC en la vida política civil y el tema de las drogas ilícitas.