La contaminación por nanoplásticos se ha detectado en las regiones polares por primera vez, lo que indica que las diminutas partículas ahora están presentes en todo el mundo.

Las nanopartículas son más pequeñas y más tóxicas que los microplásticos, que ya se han encontrado en todo el mundo, pero se desconoce el impacto de ambos en la salud de las personas.