El 16 de febrero, el día en que algunos informes habían pronosticado que Rusia invadiría Ucrania, llegó y pasó sin incidentes. La difusión de esa información que no fue, formó parte del juego de guerra psicológica que juegan ambas partes en crisis, en este caso por parte de los Estados Unidos, sus organismos de inteligencia, con ayuda de la prensa.